¿ QUE ES UN ÁRBOL SINGULAR ?

Todos los árboles son iguales en sus aspectos puramente fisiológicos. Todos tienes hojas por las que realizan el intercambio gaseoso con el medio externo y raíces con las que absorben agua y nutrientes. Pero, en ocasiones determinados ejemplares destacan por tener características extraordinarias fuera de lo habitual. Así, pueden tener una avanzada edad, unas dimensiones colosales, un porte raro o poco común o formar parte de la historia de alguna u otra manera.

Todos y cada uno de nosotros seguro que tenemos un árbol singular en nuestra vida. El árbol que plantó nuestro abuelo, el de nuestro primer beso, el que nos servía de cabaña y refugio en nuestra infancia, al que subíamos de pequeños y al que hemos subido a nuestros hijos. Para nosotros son singulares aunque no sean los más grandes, ni los más bellos, ni los más viejos de su especie.

La figura de árbol singular se creó para dar a conocer a la opinión pública la existencia de un valioso patrimonio natural que, con frecuencia, pasa desapercibido y favorecer su conservación: el de aquellos árboles y arboledas que se consideran excepcionales por motivos tan variados como su gran tamaño, su belleza, su longevidad, la originalidad de sus formas, su vinculación a un paisaje o su importancia cultural, histórica, científica o educativa.

Hablamos de arboleda singular cuando la singularidad se presenta en un grupo de árboles que alberga un elevado número de individuos singulares; en otras ocasiones, es el conjunto armonioso de árboles el que ofrece el carácter de singularidad, pudiendo ocurrir que los ejemplares que lo integran pierdan cierto valor al separarlos del mismo.

¿Qué criterios se han seguido a la hora seleccionar los árboles?

  • Criterios asociados a la dimensión del árbol: aspectos como el grosor del ejemplar, su altura, el tamaño de la copa o si presenta un porte inusual dentro de su especie.
  • Criterios biológicos: entre otros, la edad, el grado de rareza dentro de una determinada comarca, si se encuentra en el límite de su distribución natural o en un hábitat excepcional, etc.
  • Criterios estéticos: la belleza del árbol o arboleda en su conjunto, e indicadores como el valor estético de su porte o su colorido, o si pertenece a un paisaje sobresaliente.
  • Criterios históricos y tradicionales: aquí se incluyen aspectos culturales de distinto tipo, especialmente si el ejemplar está asociado a algún hecho histórico o cultural relevante, si está enclavado en un edificio histórico, o si forma parte de leyendas, mitos o tradiciones.